Los yine se dedican a la agricultura de roza y quema; cosechan plátano, maíz, batata, arroz, calabaza, judías y mandioca, entre otros.
Durante la estación seca, cultivan cacahuetes, sandías, calabazas y arroz. Además, plantan árboles frutales como naranjos, caimitos y otros cerca de sus casas y en sus granjas. Se plantan alrededor de 30 especies de plantas diferentes, árboles frutales y palmeras (Smith, 2019). El conocimiento de la agricultura también se basa en la identificación de los suelos más adecuados para la plantación de productos básicos de subsistencia.
Otras actividades importantes para la subsistencia son la recolección de frutos de palma de aguaje, hunguraui y pijuayo, así como la cosecha de castaña. También crían animales pequeños (gallinas, patos, cerdos) para el autoconsumo y el comercio, que venden en los principales puertos cercanos a sus comunidades.
Esta actividad la realizan generalmente los hombres, y son conocidos por sus habilidades en la selva, como navegantes y también como competentes pescadores. Aproximadamente el 90% de la población yine depende en gran medida de sus recursos forestales. Los animales cazados durante temporadas específicas son monos, aves, peces y especies como la tortuga taricaya.
Los cazadores Yine también practican rituales curativos, tanto para ellos mismos como para sus herramientas de caza. Estos rituales implican el uso de plantas como el piripiri y el sanango, así como la ayahuasca, y suelen realizarse durante la luna nueva. Estos rituales se realizan en la creencia de que garantizarán el éxito de la caza y la precisión en la puntería de sus flechas.