El uso de adornos y prendas de vestir entre los shipibo-konibo desempeña un papel importante en su cultura e identidad. Estos artículos no sólo resaltan la belleza de quienes los llevan, sino que también revelan información sobre el estatus, las historias personales o el momento vital en que se encuentran; y generalmente se utilizan en festivales o grandes ceremonias.
Los adornos son expresiones simbólicas que transmiten significados culturales y tradicionales. Pueden estar hechos de materiales naturales como plumas, semillas, conchas, telas tejidas y otros elementos que tienen un profundo significado dentro de la cosmovisión y la espiritualidad del pueblo shipibo-konibo.
La vestimenta tradicional de las mujeres shipibo-konibo ha sufrido cambios a lo largo del tiempo, influida en parte por la imposición de la vestimenta occidental por parte de los misioneros. En el pasado, las mujeres solían llevar una tela tejida o una falda que dejaba los pechos al descubierto, pero los misioneros las obligaron a cambiar este modo de vestir, para ponerse una blusa corta de colores vivos. El atuendo tradicional de las mujeres incluye una falda llamada"chitonti" y una colorida blusa conocida como "Kotton". El cinturón es otro elemento importante de la indumentaria femenina y puede estar hecho con miles de cuentas, que pesan más de dos kilos. La vestimenta también estaba relacionada con el estatus, por ejemplo, las mujeres casadas podían llevar cinturones más elaborados.
El chitonti, una falda tradicional de algodón, estaba ligado a creencias y supersticiones. Por ejemplo, se creía que una mujer no debía llevar la falda de un compañero "loco" por miedo a contraer una enfermedad. También había creencias asociadas a la infidelidad, se decía que una joven que es infiel a su marido debe cambiar su falda por la de su abuela, ya que ésta no está tan interesada en los hombres.
En cuanto a la vestimenta masculina, la "Kushma" era una prenda asociada a poderes mágicos cuyos motivos encarnaban símbolos de la vida masculina, escenas de caza y pesca, acontecimientos familiares y ritos. Esta prenda era muy respetada y, por miedo al espíritu que se creía que residía en ella, los hombres no se atrevían a tocarla ni a llevar la Kushma de otro hombre. Se consideraba que una Kushma podía vigilar la casa, como si su dueño estuviera presente. Se le debía un respeto absoluto.
Además, se dice que fue el Inca quien introdujo la kushma en la zona de Ucayali. También fue el Inca quien enseñó a las mujeres a tejer con algodón. Los shipibos dicen que en el mundo celeste los espíritus se visten con kushmas brillantes y que ellos tienen que imitar a los espíritus.
La tela para la Khusma se teje en una sola pieza plana, con una anchura de 70 cm. Se cosen dos tiras de igual longitud dejando una abertura para los brazos y un espacio libre en la costura central para que pase la cabeza. La kushma presenta listas verticales de confección estructural.
Además de la vestimenta diaria, los meraya, que son curanderos o chamanes shipibo-konibo, utilizaban la túnica ceremonial más larga para sus rituales, mientras que una túnica más corta se utilizaba para el uso diario y otra para dormir. El traje ceremonial de los meraya llegaba hasta los tobillos y tiene un significado especial en el contexto de sus prácticas espirituales y curativas.
La fabricación de coronas o maiti en shipibo-konibo, son realizadas por mujeres. Las coronas se utilizan para momentos especiales, en grandes festividades, como parte de la indumentaria y realce de la belleza femenina y masculina.
Existen dos tipos de coronas: una confeccionada con tela de algodón o cayamanzo, bordada con hilo, y otra realizada con abalorios, de uso más reciente. La corona de cuentas se considera la más sofisticada y requiere un gran trabajo debido al tamaño de las piezas.
En cuanto a la diferencia entre las coronas de las mujeres y las de los hombres, es la ubicación de las plumas. Las mujeres llevan las plumas en la parte delantera de la corona, mientras que los hombres las llevan en la parte trasera. Estas plumas suelen proceder de aves como guacamayos, loros y garzas blancas.
La corona de un chamán o meraya era diferente tanto en diseño como en acabado. Las plumas que llevaban eran más largas y coloridas, lo que las distinguía de las coronas utilizadas por el resto de la comunidad.
Las coronas representan un elemento significativo de la expresión artística y cultural del pueblo shipibo-konibo, y su fabricación y uso se han transmitido de generación en generación como parte de su identidad y tradición.
El kori y el resho son elementos ornamentales utilizados por mujeres y hombres para resaltar su belleza e identidad cultural. Estos ornamentos forman parte de las prácticas estéticas tradicionales del pueblo shipibo-konibo.
El kori era un aro que se colocaba debajo de los labios, y el resho era un aro que se colocaba en la nariz. Ambos adornos están hechos de materiales como la plata o el aluminio, que les dan un aspecto brillante y atractivo. Estos elementos se consideraban importantes para realzar el aspecto físico y, al mismo tiempo, expresaban la identidad cultural de la comunidad.
Los pendientes kori y resho no sólo se consideraban adornos meramente estéticos, sino que también tenían un significado cultural y social dentro de la comunidad. Su uso podía asociarse a determinadas etapas de la vida, ceremonias o festividades específicas. Aunque hoy en día la práctica de llevar los pendientes puede haber cambiado o disminuido, su valor cultural y simbólico perdura como parte de la rica historia y tradiciones del pueblo shipibo-konibo.