Los adornos faciales desempeñan un papel significativo en la indumentaria de los pueblos amazónicos y en los matsigenka en particular. Asimismo, la pintura corporal y facial son prácticas que realizan tanto hombres como mujeres. Para ello, utilizaban semillas como el achiote y hojas de huito para obtener colores como el rojo y negro azulado, con los cuales se pintaban el rostro, diferenciando los diseños entre mujeres y hombres.
Los diseños son ideogramas que brindan información sobre el estatus o los planes de quien las lleva. Por ejemplo, en las mujeres indican en qué momento de su ciclo menstrual se encuentran, mientras otros diseños se dirigen a seres sobrenaturales, ya sea para atraerlos con un propósito de protección o para alejarlos (Rosengren, 2004).
Según estudios previos, esto era una forma de sankenari o algo que está pintado, el sankenari también puede significar “jaguar”. El término sugiere que se trata de un animal con manchas o pintado (Rosengren, 2004). Otro adorno facial utilizado por las mujeres era el curique, una pieza de plata o semilla que adornaba la nariz.
Estos adornos faciales no son sólo una expresión artística, sino que también desempeñan un importante papel cultural y simbólico en la identidad matsigenka.
Los matsigenka solían utilizar coronas de plumas o matsairintsi, como parte de su vestimenta tradicional. Esta costumbre, la practican unos pocos dentro de la comunidad. Las coronas estaban elaboradas con plumas de aves de colores diversos, como el paujil, tucán y guacamayo rojo. Se utilizaba hilo de algodón para entrelazar las plumas y lograr un acabado distintivo que lo identificara frente a los demás. Estas coronas eran reservadas para ocasiones especiales, como nos cuenta David Ríos:
"Es la costumbre que tenemos una marca, es como decir, verdadera costumbre matsigenka (...) nos ponemos para caminar, para ir a una fiesta, o para visita, cuando viene nuestros paisanos, nos identificamos que somos verdadera gente matsigenka." David Ríos, Shipetiari, 2023.
La elaboración de las coronas de plumas es realizada tanto para hombres como mujeres. Sin embargo, existen diferencia en los detalles y tiempo de durabilidad, como se manifiesta a continuación:
“Las mujeres hacen mejor que el hombre y duran, porque ellas lo hacen tejiendo, en cambio los hombres hacemos con pita (…) los hombres hacemos provisional la corona. Mínimo nos puede durar un año o dos, en cambio mujeres hace bien tejido, dura tres o cuatro años”. David Ríos, Shipetiari, 2032.
El proceso de elaboración de coronas es un arte que requiere habilidades especiales, y tanto mujeres como hombres se preparan desde temprana edad para dominarla.
Los artesanos que elaboran estos objetos poseen un profundo conocimiento y dominio de las técnicas tradicionales, lo que permite crear piezas de gran calidad y belleza. Aunque algunos de estos objetos tienen una vida efímera, son elaborados con gran cuidado y atención en los detalles, buscando alcanzar la perfección en su elaboración.