El medio de vida de los Awajún y Wampis es la horticultura, mediante la técnica de roza, tumba y quema, sin embargo, la producción de alimentos está especialmente asociada a creencias y rituales. Esto hace que sea un sistema muy particular del resto de la horticultura en la Amazonia (Brown, 190).
Por ejemplo, el mito de Núgku es uno de los más importantes para la horticultura y la cerámica awajún. Se dice que la planta de yuca fue regalada por una mujer llamada Núgkui a los humanos. Núgkui cultivaba todas las plantas alimenticias en abundancia y producía grandes cantidades de masato servido en vasijas de cerámica. El mito sigue presente entre los awajún, habitando la tierra y ayudando a cultivar las plantas para que crezcan rápidamente.
Hoy en día, las mujeres saben que las plantas de yuca pueden crecer sin rituales mágicos, pero están convencidas de que éstos ayudan a que las plantas crezcan rápidamente, alcancen un gran tamaño y se mantengan libres de malas hierbas o plagas. De hecho, cada etapa del ciclo hortícola (desbroce, preparación del suelo, plantación, escarda, cosecha y limpieza de los tubérculos) tiene su propio canto característico (Brown & Bolt, 1980).
Por otro lado, los chacras Awajún tienen una estrategia de cultivo mixta, ya que se cree que las plantaciones de yuca sólo crecerán cuando se siembren junto a otros cultivos. Esta técnica se basa en la creencia de que las plantaciones tienen relaciones sociales como los humanos. Las plantas se comunican con las mujeres que las cultivan, ya que al ser responsables de su cuidado son como su "madre".
'Hay 'mingas' o tareas colectivas de muchas formas. Hay mingas para abrir la 'chacra' o pequeña chacra de una familia, donde preparan masato para compartir para cuando hacen la minga, y se abre la chacra, para las mujeres que no tienen el apoyo de amistad o familia, abren su chacra solas (...) siembran, yuca, camote, sachapapa, plátanos de diferentes tipos, como seda, guineo. También hay diferentes tipos de yucas, algunas tienen pocos meses, otras tienen más de pocos meses, otras tienen un año. La chacra se hace en el verano porque se tiene que quemar (...) El suri se come, es un alimento balanceado, es el alimento querido. Los suris provienen del aguaje, pijuayo y una serie de palmeras. El suri se come crudo, a la parrilla, en ensaladas'. Luz Milla, Santa María de Nieva.
La caza también es de vital importancia para el sistema de subsistencia de los awajun y los wampis. Cazan animales medianos o pequeños como el sajino, huangana, majas, carachupa, monos y aves en lugar de los grandes animales de la selva como el venado, o la sachavaca. El uso de cerbatanas o 'pucunas' con flechas envenenadas eran su principal arma de caza, sin embargo, con la llegada de los europeos a su territorio, empezaron a utilizar escopetas, a la vez que criaban animales menores como cerdos y gallinas.
'Cuando iban a cazar, se iban lejos, cogían yuca, les toma una semana, entonces cogen sus cocinas, ollas, sal y fósforos. Cuando no cazan fácilmente, nos curan con sacha ajo, hacen dieta por tres días o una semana, y de ahí salen a cazar, de ahí encuentran fácilmente los animales'. Efrain, comunidad Achu, río Cenepa.
'Las mujeres y los hombres pueden ir a cazar. Van a cazar con perros, esa era la costumbre, porque antes había muchos animales y muchas aves, y como había tantos, traían uno, dos o tres en un día, pero ahora ya no hay (...) los Awajún no comen sachavaca ni venado, el venado decían que era el alma de alguien, el sachavaca porque no les gustaba comerlo, había otras carnes preferidas, estaba el sajino, la huangana, mono, ese era su mejor alimento. Los animales tienen su propio espíritu y alma, hasta el perro, se llama huakan'. Mariluz, comunidad de San Antonio, río Cenepa.
Desde 1970, el Ministerio de Agricultura y SINAMOS han promovido el cultivo de arroz y maíz como alternativa para el desarrollo local, ya que estos productos pueden ofrecerse en los mercados de la costa. Actualmente, se cultiva café en las tierras altas, arroz en las tierras bajas, y también se han introducido el cacao y la soja. Las mujeres siguen dedicándose a la agricultura de subsistencia y rara vez participan en la comercialización de sus productos (CARE Perú, 2009).