Otiritantaganirira Kenkitsarentsi
Los cuentos ancestrales de los matsigenka expresan las complejas relaciones entre el ser humano, la naturaleza y el espíritu en las que se forjan sus creencias, su moral y sus emociones. Estas historias se cuentan en el transcurso de unos minutos a varias horas, dependiendo de la audiencia y de la memoria e imaginación del narrador. Muchos sabios de la comunidad nos han contado que se ha vuelto más difícil transmitir sus tradiciones orales a la generación más jóven hoy en día con la ampliación de las influencias sociales y las tecnologías que les rodean.
Esta exposición es un proyecto de Xapiri Ground en cocreación con la Comunidad Indígena Shipetiari y el artista Davis Torres, realizado a lo largo de dos años a partir de mayo de 2023. El objetivo era crear una representación visual de la iconografía y la narración tradicional Matsigenka a través de la actividad de un mural colectivo que inspiraría una revitalización de compartir estas historias entre los ancianos y los jóvenes Matsigenka, y una apreciación de los visitantes a la comunidad.
Este vídeo documenta el proceso y las voces del artista, la comunidad y Xapiri Ground.
Edición de vídeo: Melanie Dizon
Fotografía: Davis Torres, Melanie Dizon, Arturo Díaz Quirox
Traducción: Melanie Dizon, Boris Semperi Cabrera

Estas representaciones creativas pueden verse ahora en su salón comunal, donde se celebran sus reuniones y encuentros. El mural consta de tres partes que intentan transmitir, mediante licencias artísticas, la interconexión de la cultura e identidad matsigenka, representada a través de su tradición de tejido y su mitología. Visite nuestra página del proyecto para saber más sobre el proceso creativo y la experiencia que hay detrás de este proyecto mural.

DISEÑOS QUE EMANAN DE LA NATURALEZA

Esta sección del mural explora la conexión entre los diseños textiles Matsigenka y su correlación con las criaturas (seres) que representan como pájaros, insectos o reptiles. Davis Torres se inspiró en estos diseños que se cobran vida en sus tradicionales Kushmas; túnicas tejidas a mano con algodón autóctono y pigmentos naturales así como en otros accesorios tejidos como pulseras y bolsos "Tsagi".


Estos diseños, al igual que los códigos culturales, están profundamente arraigados en la memoria ancestral, la identidad, el entorno y la adaptación social. La complejidad de intentar deconstruir tales marcas se convirtió en un reto necesario para Davis y los propios Matsigenka. La obra de arte resultante que se muestra en esta parte del mural es la culminación de un esfuerzo colectivo en el que participaron varios miembros de la comunidad, desde jóvenes hasta ancianos, en su coloreado. Agradecemos a Alicia, Virginia, Lola, Gregorio y Patricio su orientación sobre el significado y el simbolismo de estos diseños.



LAS HISTORIAS SE TEJEN

Tejida a mano y de memoria por las mujeres Matsigenka, la "Kushma" es una túnica tradicional que cobra vida a través de una combinación de motivos geométricos que identifican la narración de cada tejedora. La práctica del tejido y la de sus diseños se transmiten habitualmente a cada individuo por las mujeres de su linaje familiar, como su madre, su abuela o su tía. Entre ellas, el conocimiento de muchos diseños diferentes conlleva un lenguaje propio, cada uno con sus rasgos distintivos que los relacionan con la naturaleza, su cosmovisión, su pueblo o como identificadores personales. Aquí se muestra una selección de diseños Matsigenka tejidos a mano en correas individuales por la artesana Flora Pérez. Estos diseños se representan a través de las ilustraciones del artista Davis Torres tal y como aparecen en el mural final.

KASHIRI ES LA LUNA

En el exterior del salón comunal hay una interpretación de ciertas escenas de la historia de "Kashiri", que en la cosmogonía Matsigenka representa a la luna. Según su mito, que suele ser muy extenso y con muchas partes móviles, Kashiri es un personaje central que enseñó a los matsigenka a cultivar la yuca, una tubérculo también conocida como mandioca.

Se cuenta que Kashiri, en forma de joven, llegó a una pequeña casa de un pueblo donde descubrió y se enamoró de una chica Matsigenka durante su menarquia ritual. Al darse cuenta de que comía arcilla, le ofreció yuca como regalo, que la sació hasta el punto de que era lo único que deseaba comer. A continuación, él le enseñaría a plantarla para alimentar a su familia. Esta historia explica la importancia cultural y económica de la yuca para los Matsigenka y muestra como entrelazan sus conocimientos agrícolas con la narrativa de sus dioses y antepasados.

El artista Davis comenta: "Algunas personas de la comunidad conocen este mito; parece que los hombres lo conocen más que las mujeres, pero son sobre todo los ancianos quienes realmente lo conocen. Existen diferentes versiones de esta historia. Lo que traté de resaltar en el mural fue la importancia de la yuca y el masato (bebida fermentada a base de yuca y maíz) ya que para ellos es un alimento esencial para su vida y que fue su primera fuente de alimentación después de la arcilla. También he intentado integrar (en parte) la historia de la kushma. En la antigüedad, la gente tampoco conocía la yuca. Comían una arcilla especial que sacaban de la tierra y preparaban con ella una especie de papilla mazamorra que llamaban 'sekatsi'". Agradecemos a David, Alicia y Patricio que hayan compartido con nosotros sus conocimientos sobre este complejo mito.

KENKITSARINTSI MATSIGENKA YATSIKAKERIRA MARANKE
el cuento de un hombre al que le mordío una serpiente
Este vídeo es una adaptación visual de un cuento ancestral Matsigenka contado por David Ríos Rivera, de la Comunidad Indígena Shipetiari.
Edición de vídeo: Melanie Dizon
Fotografía: Davis Torres, Melanie Dizon
Animación: Amador Zeta
Traducción: Melanie Dizon, Boris Semperi Cabrera

Esta es una historia ancestral que nos cuenta David Ríos Rivera, quien la aprendió de su padre cuando era un niño en 1973. La ilustración que el artista Davis Torres desarrolló para esta última pared exterior explora el cuento ancestral de un "seripigari" o chamán que se aventura en el bosque después de haber soñado una visión de la que no hace caso y por lo tanto se encuentra con un "maranke" o serpiente en su camino y fue mordido. Cada vez que el seripigari intenta escapar del maranke, que también se convierte en humano, se enfrenta a varias criaturas que se depredan de su carne. Para ellos, el seripigari parece un "kemari" (sachavaca), no un humano. En el mundo Matsigenka, la distinción entre humano y animal es ambigua, y señala hacia el profundo reservorio en el que convergen humanos, seres animales, naturaleza y espíritus.


El mural está ilustrado siguiendo la secuencia de la historia tal y como nos la contó David Ríos Rivera. Dentro del cuerpo de la serpiente se transmiten seis escenas diferentes que unen a los distintos personajes y tramas. Nuestro más profundo agradecimiento a David Ríos Rivera por compartir esta historia con nosotros y esperamos que este cuento siga vivo. Visita nuestra página del proyecto para leer más sobre este mural y el proceso creativo que hay detrás.

El primer segmento muestra la conexión del seripigari con su esposa, quien, con gran preocupación, le pide que tenga cuidado antes de aventurarse en el bosque.

A continuación, aparece el mono, que pide al seripigari, que es a la vez humano y sachavaca, que no pise a la serpiente que tiene debajo. Pero cuando pudo reaccionar ya era demasiado tarde y la serpiente mordió al seripigari.

A partir de aquí, la persecución comienza con la serpiente llamando a los demás animales del bosque, como la araña, el escorpión y aún más serpientes, que entonces también se convierten en humanos para perseguir al seripigari, que para ellos ahora aparece como un "kemari" o sachavaca.

La persecución continúa mientras los animales no logran atrapar a la sachavaca, que huye arrastrando la sangre de la mordedura de serpiente.

La quinta escena muestra el encuentro del seripigari con la planta visionaria "toe", que le ayuda a ver a través de sus depredadores, los humanos (una vez animales). La planta le entona un cántico especial que les convierte de nuevo en animales y les hace regresar a sus moradas en el bosque.

El mural termina con una representación del unísono entre los seres animales, la naturaleza y los humanos, al que están eternamente ligados.
Un agradecimiento especial a Patricio Zanabria de séPeru por iluminar nuestras mentes y corazones al camino Matsigenka, y al trabajo indeleble del artista y colega Davis Torres por haber dirigido este proyecto de cuentacuentos visual. Agradecemos a la Comunidad Nativa Shipetiari por todos los aprendizajes, la confianza y el intercambio creativo a lo largo de los años por los cuales seremos estudiantes por siempre. Gracias a todos los voluntarios dentro y fuera de la comunidad por su tiempo y apoyo en este proyecto.
También queremos agradecer a nuestro colaborador a largo plazo, el Hotel Antigua Casona (Cusco, Perú), por su contribución a nuestro trabajo constante con las comunidades Indígenas.



