En diálogo con la noción de oráculo
La hoja de coca atraviesa transversalmente nuestra historia, y su poder simbólico, ritual, económico y político sigue mediando en diversos aspectos el presente.
En la cosmovisión andina, la hoja de coca es usada como medio entre los seres terrenales y los dioses. También como el oráculo que permite entrever el pasado, el presente y el futuro. La noción andina del tiempo enfatiza lo cíclico como la propia naturaleza de la historia, significativo particularmente en nuestra historia. A la fotografía se le pide certificar la existencia de su referente, pero las imágenes de las hojas solo certifican la pérdida de de la profundidad su significado. En cierto sentido, fotografiar al referente lo hace desaparecer porque, en este contexto, la imagen de la hoja va más allá de su composición formal. Lo que no vemos es más poderoso.
En ese sentido, además de las fotografías de las hojas, las imágenes que hacen contrapunto, tienen una connotación simbólica que fija un momento en la construcción histórica contemporánea. Imágenes tomadas en espacios como el cielo del pueblo de tinta, cuna del libertador Tupac Amaru ii, un río de velas conmemorando un velorio colectivo de víctimas de la época del conflicto armado interno. El sol reflejado en un observatorio de agua en las ruinas de Machu Picchu el día del inicio del solsticio de verano, un cráneo o una pieza cerámica moche “El anunciador de la muerte”. Este políptico condensa momentos y objetos que, en su potencial simbólico, dialogan con la noción del oráculo y a su vez con puntos de anclaje de la difusa construcción de la historia del Perú.
La idea de nación o país, de colectividad agrupada bajo una palabra, se desdibuja en sí misma, como el vacío de significado que tiene el lenguaje que se desconoce. Quizás en ese regreso a la forma, a la lectura primaria de la intuición y el instinto, es donde podemos reconfigurar un nuevo sentido. Una lectura de la imagen que nos conecta como un cable a tierra a través de la forma, como si se tratase de un espejo de agua. El puente entre el pasado y el presente nos permite trazar una idea de futuro, donde la lectura del azar siempre y nunca acierta.
Biografía | Musuk Nolte
Musuk Nolte estudió fotografía profesional y una especialización en fotografía contemporánea en el Centro de la Imagen de Lima. Su trabajo se desarrolla entre la fotografía documental, el arte y la edición. Nolte ha sido becario del FONCA México (2010), del Master class del World Press Photo en América Latina (2015) y de la Fundación Magnum (2017). Ha recibido el X premio nacional de fotografía documental "Eugene Courret" (2010) y la beca Elliott Erwitt Havana Club 7 (2017).
Musuk ha realizado más de 10 exposiciones individuales en países como España, Perú, Argentina, Francia y México. Y en diversas exposiciones colectivas, entre las que destacan, MALI (Museo de Arte de Lima), SIPF (Singapore International Photography Festival), Les Rencontres d'Arles, III Bienal de Photoquai, Casa de América Madrid, PhotoEspaña XX, XV Bienal de Venecia de Arquitectura, ParisPhoto, FoLa, entre otras. Ha publicado los libros PIRUW (junto a Leslie Searles, 2013), Flor de Toé (Versus Photo, 2014), La primera piedra (2014), La velocidad de la deriva (2017) y Sombra de Isla (2019).
Es editor de KWY Ediciones, plataforma editorial independiente orientada a la edición y formación conjunta de proyectos de autores principalmente latinoamericanos. Su trabajo forma parte de colecciones como el Museo de Arte de Lima, FoLa Fototeca Latinoamericana, Colección Hochschild, Colección Jan Mulder, Coleccion Mario Testino, Elliott Erwitt Foundation, entre otras.
Esta exposición se realizó en colaboración con la Galería Vigil Gonzales.